lunes, 31 de marzo de 2008

Revuelto de cacerola 2

Parece que por estos lados los términos dicotómicos son sinónimo de debate. Preocupa un poco la tendencia a tener que hablar y escribir poco porque sino se pierde la antención del receptor. Cambia de hoja o de canal. No se banca un texto largo y explicativo. El problema es que si queremos entender algo, tenemos que invertir un poco de nuestro tiempo.
Queda otra posibilidad: admitir la ignorancia y no participar. Después, invertir ese tiempo en leer, escuchar.
Pero no. La tendencia es otra: texto corto con las palabras necesarias para que cualquiera pueda opinar y ser parte. Y los medios la respetan, la saben y la conservan por raiting. Casi como si cultivaran mierda porque es rentable. "Lo que hay que saber", "Lo que importa", un compilado de minutos que abre una polémica y plantea una toma de posición entre dos términos: el campo o el gobierno. La discusion es otra y va más allá de la fábula de la hormiga y la cigarra. Nada es tan simple para que podamos tomar partido así nomás, y salir irresponsablemente a la calle a protestar por algo que no entendemos.
Por eso son estos post llenos de impotencia. Por eso algunos pocos periodistas salen vociferando con la boca bien abierta a decir la rabia que tienen adentro.
Me gusta leer en estos días, cuando los que no tienen máscaras gritan fuerte, y los enmascarados callan irresponsablemente.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Revuelto de cacerola

En el pirulo de tapa de Página/12 dice hoy: "La blonda mujer se había enterado por la televisión de la concentración en Plaza de Mayo. Salió sin producirse demasiado, no era momento para eso. Llevaba su cacerola y una tapa con la que pretendía sumarse al ruido. Encontró a la gente sobre la Avenida de Mayo y se acercó presurosa para adherirse. No había caído en la cuenta de que el grupo no era el de quienes manifestaban su apoyo a los productores agropecuarios. Era el que se oponía a la protesta y defendía las políticas del Gobierno. Un hombre del Movimiento Evita notó la confusión y se acercó.
–No señora, aquí no, es para el otro lado –le aconsejó."
Tengo la certeza de que más de la mitad de la gente que estaba golpeando sus cacerolas ayer no sabía por qué las golpeaba, o sí: porque no les gusta el gobierno de Cristina, porque ellos no la votaron, porque el gobierno roba de donde puede, porque Argentina es el campo, etc. Nada que ver con las retenciones a la soja y al girasol, pero "Yo estoy con el campo", rezaban los carteles.

Dos imágenes mantengo en la mente. La del pibe con corte de pelo fashion que golpeaba la chapa de su CPU (aparentemente inservible), y el grupo de gente que entonaba las estrofas del Himno Nacional argentino. Y me causó rechazo.

El 12 de marzo, un día después de que se anunciaran las retenciones, Página/12 (sí, me gusta ese diario) informaba que, dado el abismal crecimiento del precio del grano a nivel internacional, y sumado a que el Gobierno no había hecho nada hasta entonces, las compañías aceiteras se apuraban a exportar la mayor cantidad de aceite para no tener que venderlo al precio del mercado interno. Entonces "en Argentina, el primer exportador de aceites del mundo, llegó a faltar el aceite". Es así, cada uno tira para su lado, y el campo no va a dejar de exportar porque falten insumos en el mercado interno, ni va a dejar de producir soja por el bien de las tierras, de los pequeños productores y de los consumidores.

Las grandes retenciones a la soja (que estimula al maíz y al trigo) no son caprichosas. ¿Hace cuánto estamos diciendo (los que estaban en la plaza y los que no) que la soja está haciendo pelota la tierra?. Pero además, no lo sabemos todo. El MOCASE (Moviemiento de Campesinos de Santiago del Estero) informa en un comunicado firmado el 23/3/08 que "el sistema de la SD-sojaRR-herbicida glifosato, destruye 4 de cada 5 puestos de trabajo existentes y sólo crea un puesto de trabajo cada 500-600 has (...) Por el contrario la economía familiar genera 35 puestos de trabajo genuinos por cada 100has". Y agregan que "en todo el país sólo restan 330.000 explotaciones, las que sólo emplean a 310.000 trabajadores en blanco que ganan alrededor de $1200 mensuales, mientras hay algo más de 700.000 trabajadores en negro que viven miserablemente y trabajan sólo un período del año gracias al 'poroto mágico'".

¿Por qué salieron a golpear las cacerolas?. Seguro que no fue porque quieren que el campo siga produciendo soja en detrimento de los demás cereales. Tampoco debe ser poque quieren que los productores exporten todo lo que puedan para ganar más y dejar desabastecido el mercado interno. ¿Será que están de acuerdo con que las familias campesinas pierdan sus puestos de trabajo?. Sigo pensando lo que dije al principio: la mayoría de la gente no sabía por qué estaba golpeando su cacerola. Vio la oportunidad de protestar contra un gobierno que no les gusta por otros motivos y la tomó. Para colmo de males, la Presidenta que sale con los tapones de punta y sigue sin explicar nada.

Pero bueno, nos bancamos los cortes de ruta porque estos piqueteros piden disculpas y nos desean un buen viaje. Prorque son "gente como uno" supongo, ¿no?. ¿Quién puede decir ahora que las góndolas están vacías por los cortes que están haciendo "estos negros de mierda"?. No, las góndolas están vacías porque este gobierno corrupto le quiere robar a la gente que trabaja. Seguramente es eso.

martes, 25 de marzo de 2008

Los significantes... y Arbolito

La historia es larga. Pero, para hacerla corta, sólo diré que en el viaje de regreso un auto se rompió y tuvimos que viajar en remis desde Azul a Capital Federal.
El remisero era azuleño. En su pueblo había una calle q antes se llamaba Rauch (Coronel genocida de los indios Ranqules en 1826) y ahora (tenía entendido yo) se llama Arbolito (apodo del indio ranquel que mató a Rauch).
Como el remisero ya había mostrado la hilacha facha, la pregunta picaba más.

La vidu: ¿En azul fue que cambiaron el nombre a una calle que se llamaba Rauch?
Remisero azuleño: No. En Azul tenemos una calle que se llama Rauch.
LV: Ah, entonces me confundí. Estaba tratando de acordarme dónde era...
RA: Le quieren cambiar el nombre, pero todavía se llama Rauch. Le quieren poner el nombre de ese indígena...
LV: Arbolito.
RA: Arbolito. Ahora lo están tratando en la comisión.
LV: ¿Y qué le parece?
RA: Me parece que con tantas cosas más importantes estos se ponen a discutir el nombre de una calle. Además, si le cambian el nombre a esa calle hay que cambiar la Cristobal Colón, la Magallanes... -seguía en su indignación-.

La respuesta hubiera sido ¿y por qué no? ¿por qué no cambiar el nombre de todas las calles en honor a los genocidas?... Pero no quería volver caminando.

¿Será que podrá cambiar el nombre en Azul? ¿Podrá cambiar el nombre del pueblo Rauch? ¿Podremos estar de acuerdo en el que un nombre ES algo importante?

jueves, 13 de marzo de 2008

unas palabras

Pasó hace algún tiempo, en una noche templada.
Estaban en una esquina y se despedían para volver a encontrarse al día siguiente. Se abrazaron y se besaron mucho. Siempre les pasaba lo mismo, no podían dejarse ir.
Al lado suyo caminó un perro y, un poco más atrás, una mujer que los miró y le dijo a ella con una sonrisa: "¡mirá cómo te quiere!".
La mujer siguió su camino. Ellos se miraron y sonrieron.

viernes, 7 de marzo de 2008

Los nenes con los nenes, las nenas con las nenas


Estaba paseando por los blogs... mundiales, y ví que una mamá (yankee?) publicaba las fotos del entrenamiento de fútbol su hija, que no debe tener más de 10 años. Ahí nomás pensé que en este país tan futbolero, este deporte es sólo para los hombres. Las mujeres estamos destinadas a ese lugar "compañero" de romperle las pelotas a su pareja y preguntar "¿qué es la posición adelantada?", "¿por qué fue falta?"... en fin, el lugar ignorante (y estúpido), porque "las mujeres no saben de fútbol". Y así quedamos.
Las nenas pueden aspirar al handball o al voley, y ya. Nada de "mi amor, esta noche vuelvo tarde porque me voy a jugar un picadito con las chicas". Pero por favorrrr.... dónde se concibe semejante amenaza al machismo argentino?!.

Eso pensaba, que me hubiera gustado jugar al fútbol de chica. Siempre fui mejor que mis hermanos con los jueguitos, pero nací nena. El fútbol me hubiera convertido en un macho, supongo. ¿O no?.

martes, 4 de marzo de 2008

Oh sí, rata!

Aclaro: las ratas me resultan repugnantes, y si me llegaban a saltar, creo que me hacía pis encima, ahí, en la calle, en Malabia y Jufré, a las 11 pm. De todas formas, no puede evitar fotografiar el momento, único para mis ojos, en el que las ratas se reproducían y creaban nuevas generaciones para mantener el nivel poblacional de la ciudad.

Siempre pensé que los animales lo hacían...como lo hacen los perros, por ej. Pero se ve que no. Si llegan a decifrar la imágen de la foto (no iba a prender el flash del celular para que me saltaran encima!!), verán que las ratas y los humanos nos parecemos en varios aspectos.
No sé cómo terminó. Andá a saber, tal vez hasta cambiaban de posición.