jueves, 24 de julio de 2008

Le jugué!

Fue muy raro!
Mando sms. "Soy la número 77. Todavía no abrieron la mesa, así que va para largo" (o algo así). Y ella, con la lucidez envidiable que la caracteriza, me respondió "77 son las tabas, vamos que nos dan!" (o algo así).
La cosa fue que no tardaron tanto, y me saqué un 7.
Llego a casa. Mi vieja estaba en la cama después de un postoperatorio. Le cuento lo raro que me pareció la coincidencia de números y ella me contesta: "sí, mi cama también era la 7, y el número del locker también". chan!
Le digo a él: "¿me acompañás a la lotería a jugarle al 7? yo no sé bien cómo es esto". Casi llegando a su casa, me estaba esperando en la calle para ir.
Le digo a mi viejo que lo juegue, que él sabe cómo es...

Les jugamos todos, al 7, al 77, al 21 (3x7)...


Salió el 60 a la cabeza.

Pero aprobé Comuniación 3 carajooooo!!!! :D

Sin escalas

Hay una pendiente que se va construyendo a cada paso. La seguimos subiendo sin saber por qué, casi por inercia... o porque algo dice que hay que seguir subiendo. Las piernas ya están cansadas, les falta "estado", no se bancan las piedras ni las zapatillas rotas que sacan ampollas.
Parar un minuto y mirar alrededor. Pensar que el camino no lo es todo, que en la vera hay miles de cosas que nos acompañan, y que son hermosas. Parar un minuto y descansar. Tomar un poco de agua porque el sol está matando y este calor...
Mirar para arriba y ver que falta tan poquito. Nadie baja para decirnos si falta mucho, si se pone más difícil arriba. Cada uno sube como puede, en el tiempo que puede. Pero sube.
Un pozo la hizo tropezar. Se cayó y se lastimó. Lloró bastante, el dolor era fuerte e injustificado... de haber visto ese pozo. Lloró más por bronca que por dolor, y se pensó incapaz de seguir subiendo pero ay! quedaba tan poco!. Si la estoy viendo, ahí está...
Decidió seguir. Sin seguridades. Probar... sobre todo, por el camino que la seguía detrás.
Un viento fresco la acaricio y le dijo que podía. Una mano la ayudó a subir una piedra y le dio confianza. Volvió a pensar en el camino de atrás, y ahora ya no subía porque había llegado hasta ahí. Se acordó de que quería subir.
Sigue caminando. Ahora con la confianza de poder. No sabe si terminará. Pero está feliz, porque pudo cuando pensó que no podía.

lunes, 7 de julio de 2008

Una impresión

El tipo habla despacio. Pausadamente. Casi que da la sensación de que está narcotizado.

Corte.

Pedazo de bloque editado.

Vuelve al tipo que está sentado en al borde de un esceario. Muy cassual. Mira a la cámara y habla con ojos que quieren parecer francos (y tal vez lo son). Cuenta. Explica... despacio.

Lo miro y pienso que me habla así de despacio porque cree que no entiendo. Casi como las maestras de jardín a los nenes (y a veces a los padres también porque se les queda el tono).

Él mira a la cámara y me sigue contando. "bueno", pienso, "te sigo... voy entendiendo... no hace falta que me hables así".

No sé, tal vez soy yo, pero me da la sensación de que Nicolás Pauls me trata de boluda.